domingo, 20 de febrero de 2011

Admiración

Admiro a quienes,

pese a que el sol

ha girado más veces

sobre sus cabezas,

mantienen esa chispa

ese bello resplandor,

esa virtud entre virtudes

de hacer de la poesía

su compañera más ilustre.


Admiro a quienes,

con el corazón en la mano

despliegan su alma en tinta;

miles de palabras sedosas

describiendo el aquí y el allá,

sin miedo al tiempo

ni a las críticas

ejerciendo poesía

como antaño

los precursores de la lira.


Los admiro

con una admiración

que casi raya en la envidia

porque yo

sin siquiera tres décadas encima

a veces siento

que el fuego de la poesía

se ha extinguido de mi vida.