martes, 6 de septiembre de 2011

NOTA

Esta noche, teatro, debo decirte que te odio tanto como te quiero. Con el cansancio haciendo un hueco en mi cabeza y rompiendo poco a poco mis hombros quiero confesarte que no sé por qué sigo en pie, por qué sigo empeñado en defender tu honor, tu soberanía, tu magia, tu…vida. Soy, creería, uno de tus más fieles paladines pero esta noche la sangre me circula más despacio, casi a paso invisible; y mi ballesta está en el suelo; y mis ojos sembrados en la grama… Me siento agonizando. No tengo ganas de volver al campo de batalla, no sé cómo, no sé por qué ni para qué hacerlo. Estoy cercano a dejarme sepultar por tus telones, a que el timbre que anuncia las funciones sea la campana que redoble en mi funeral artístico. Hoy te odio como te quiero, teatro, porque te siento lejano como el espejismo paradisíaco de un moribundo. ¿Me voy? ¿Te vas? ¿Qué tan dispuestos estamos a morir el uno por el otro? Yo siento que me falta el aire porque te lo doy a ti… Tal vez estemos desapareciendo juntos mientras pensamos, ingenuamente, que yo lucho por ti y que tú vives gracias a mi lucha para ambos existir y dejar huella en el universo. ¡Basura! Hoy me pesa el arte, hoy me duele el arte, hoy me faltan las fuerzas… Agoniza tu guerrero que te está odiando como te quiere… ¡Maldito seas!